Un pequeño taller de carpintería de Pfaffenhofen se ha convertido en los últimos años en una exitosa empresa de construcción de madera gracias a inversiones selectivas.
Entre las consecuencias de la coyuntura favorable de la construcción en madera, destaca el rápido avance de las pequeñas y medianas empresas que se dedican a construir con este material con modernas técnicas de producción. Un efecto secundario de este desarrollo es una situación competitiva cambiante: en el sector tradicional de la carpintería, las empresas de producción manual comparten el mercado con un creciente número de competidores con alto grado de tecnicidad. Esto ejerce presión sobre los primeros, ya que la competencia, modernamente equipada, resulta más atractiva para los clientes y, a menudo, también para los empleados.
Inversión como garantía de futuro
Desde el punto de vista de asegurar su futuro, el carpintero Ludwig Roßner consideró que su inversión fuera a parar en unas instalaciones de ensamblaje de WEINMANN: "Las empresas de construcción de madera serán cada vez más grandes y estarán mejor equipadas, por tanto, la competencia se acentuará cada vez más". " La carpintería Roßner, situada en el distrito bávaro de Pfaffenhofen, que construyó en 1996 la primera casa de madera, hoy es una moderna nave de ensamblaje capaz de construir alrededor de 9-10 casas de madera al año. Las ampliaciones, elevaciones y construcción de objetos se incluyen porcentualmente en este número. La empresa transporta los elementos de pared, techo y tejado ya construidos a la obra; la duración del montaje de una casa unifamiliar es de uno a dos días. El elemento principal de la nave de ensamblaje es una máquina de ensamblaje WEINMANN BEAMTEQ B-660, conocida anteriormente como WBZ 160 powerSIX. Para el taller de carpintería, su precisión de mecanizado es muy importante ya que llegan a los clientes principalmente mediante el boca a boca y conociendo a los arquitectos locales. Un alto nivel de calidad junto al cumplimiento de los plazos y el servicio son cuestiones prioritarias.
La nueva nave nos condujo al éxito
Hasta 2006, la imagen que ofrecía la empresa era muy distinta. Por aquel entonces, se fabricaba de forma manual en una nave estrecha y parcialmente descubierta. Se construían una o dos casas al año. La demanda dejaba que desear y, a menudo, en las reuniones con los clientes, se podía percibir un cierta duda en referencia a los métodos de construcción. Por ello, Ludwig Roßner puso en marcha en 2006 un plan que llevaba forjando hacía tiempo: construyó la actual nave de ensamblaje con una superficie de 1000 m2 para asentar así la producción industrial de casas de madera. Es cierto que esta inversión supuso problemas financieros, pero las condiciones generales eran buenas. En Pfaffenhofen, los propietarios de edificios se decantaban cada vez más por la construcción en madera por motivos energéticos, ecológicos y de salud. El taller de carpintería ofrecía casas duraderas y aislantes con elementos de fibras de madera, que eran justo lo que el público quería. Después de un año o dos, los pedidos aumentaron y, más tarde, experimentaron un ascenso pronunciado. Hoy en día, según Ludwig Roßner, la nave es "una de las mejores decisiones de mi vida".
Se busca: más calidad y capacidad
Conforme el éxito iba aumentando, se tomó la decisión de volver a invertir: el maestro carpintero hizo un estudio de mercado en busca de una máquina de ensamblaje adecuada para que, de esta manera, más trabajadores pudieran intervenir en la producción de elementos gracias al ensamblaje automatizado. Un aumento de capacidad que, teniendo en cuenta la buena situación económica de la construcción en madera, debería abrir el camino hacia un mayor crecimiento. El carpintero también buscaba un aumento de la calidad: "Nuestro ensamblaje manual era muy profesional y exacto. Sin embargo, pienso que es ilusorio querer alcanzar manualmente el nivel de calidad tan alto y constante de una máquina". En comparación con los posibles fabricantes, la empresa WEINMANN se posicionó poco a poco como la favorita: "Las instalaciones de ensamblaje de Lonsingen son económicas, no necesitan mucho espacio en la nave y, además, no es necesario modificar la placa de fondo. La precisión y la velocidad de mecanizado son excelentes". Una reunión con un asesor de WEINMANN confirmó una preferencia clara por la BEAMTEQ B-660: "El precio por el grupo de encastrados es moderado y la gran ventaja: el mecanizado de seis lados con grupo de encastrados nos proporciona un importante ahorro de tiempo que, con el tiempo, podría ser aún mayor. En definitiva, esta máquina fue una inversión para el futuro y quién sabe el volumen que seremos capaces de producir en un par de años". Además del grupo de encastrados para la fresa de punta, fresa de cola o broca de 6,6 kW, la BEAMTEQ B-660 está equipada con un grupo de 5 ejes y un cambiador de herramientas de 12 posiciones. A esto hay que añadirle la unidad de serrado Flex5, con la que se pueden realizar entalladuras y cortes angulares, especiales y longitudinales. Gracias a esto, se alcanza una gran flexibilidad, lo cual tiene gran sentido para Ludwig Roßner ya que, a partir de ahora, no solo puede fabricar listones y umbrales con la máquina, sino también complejas geometrías de cubierta.
Un trabajo atractivo gracias a la automatización
Sin embargo, el maestro carpintero consultó a sus trabajadores, antes de encargar una BEAMTEQ B-660. Se mostraban en parte con escepticismo, "lo que me hizo reflexionar. Algunos tenían reparos: la máquina podría quitarnos el trabajo". Esta inquietud se disipó en uno de los encuentros de construcción de madera anuales de WEINMANN que tiene lugar en Lonsingen. "Allí quedó claro que trabajar con la máquina también podría ser interesante y atractivo. Así es también en nuestra empresa: "Sobre todo para los trabajadores jóvenes, la nueva técnica tiene un gran atractivo, también porque con una formación complementaria se mejoran las oportunidades profesionales". En Pfaffenhofen no conocemos la falta de aprendices, incluso se puede seleccionar a la nueva generación con una sólida formación escolar. Cuatro trabajadores del taller de carpintería han recibido la formación necesaria para manejar la BEAMTEQ B-660, por lo que están preparados ante cualquier eventualidad: "Es importante, ya que actualmente la máquina es la piedra angular de nuestra producción". En abril de 2017 se entregó la instalación de ensamblaje. A continuación, se llevó a cabo una fase de reorganización que duró medio año, durante la cual el taller de carpintería se benefició de su larga experiencia con Sema. Desde entonces, la BEAMTEQ B-660 no solo les ha reducido los tiempos de mecanizado y les ha mejorado la calidad, sino que también les ha aportado un alto grado de preproducción. Los mecanizados complejos que no se podían realizar manualmente o que resultaban poco rentables se agilizan hoy mediante pasos de trabajo subordinados: en la misma obra, los elementos del techo encajan rápidamente y de forma exacta en los ensamblajes con cola de milano; en la nave, los listones se introducen en los empalmes de los umbrales. La exactitud de cada pieza es tan alta que a la hora de planificar los elementos en el suelo de la nave, el taller de carpintería se las arregla sin el dispositivo de sujeción. Una mesa no se contempla como opción porque el terreno de la empresa no permite ninguna ampliación.
Bien equipado para el futuro
Como perspectiva para el futuro, podrían realizarse nuevas modernizaciones y un cambio de sede. Ludwig Roßner también lo ve así, pero en esta cuestión le pasa el testigo a su hija Constanze. El carpintero valora positivamente sus posibilidades para el futuro: "Con la nueva nave y las máquinas de ensamblado modernas, nuestra empresa irradia profesionalidad y esto resulta claramente más atractivo para los clientes. Y en los alrededores de Múnich, es probable que no nos falten los pedidos".
«Las instalaciones de ensamblaje de Lonsingen son económicas, no necesitan mucho espacio en la nave y, además, no es necesario modificar la placa de fondo. La precisión y la velocidad de mecanizado son excelentes.»Ludwig Roßner, carpintero