La carpintería Alfred Baumgartner, situada en Ruprechtshofen, Baja Austria, es un taller local de libro: 13 empleados, servicios universales, a menudo de producción de piezas únicas de la más alta calidad. Si la carpintería puede aunar todo esto con un estricto cumplimiento de los plazos, es gracias en gran medida a una "SAWTEQ B-300 flexTec" de HOMAG.
La presión de los plazos en el sector artesanal es alta. Y sigue creciendo. Al mismo tiempo, aumentan las exigencias de los clientes: a menudo se debe responder rápidamente a una petición extra y, en cualquier caso, el carpintero local fabrica generalmente piezas únicas. El cliente tiene un gran nivel de exigencia en lo que respecta a la calidad y no se conforma con los productos fabricados en serie. Y lo que tiene en mente en relación con los costes y con la calidad del asesoramiento también puede suponer todo un reto. Por si todo esto fuera poco, se espera que los artesanos pongan en práctica las nuevas tendencias en materiales o superficies cada vez más rápidamente. El hecho de que esto ocurra en un contexto de creciente escasez de mano de obra cualificada agrava la situación.
Los trece fantásticos
Para hacer frente a estos desafíos, los artesanos deben plantearse nuevas estrategias de fabricación. En la carpintería Alfred Baumgartner lo han hecho y han conseguido aumentar la eficiencia, la flexibilidad y la calidad desde el principio de su proceso de fabricación. El desencadenante fue, en particular, los plazos cada vez más ajustados que se le exigen a la empresa. "También afecta el hecho de que la preparación del trabajo requiere mucho más tiempo que antes. Tiempo que luego falta para la producción. Somos solamente 13 trabajadores. Y ninguno más. También cuando llegan proyectos grandes", subraya Dominik Baumgartner. Asumió las funciones de su padre en 2012, y desde entonces dirige esta carpintería fundada en 1925 con una historia que implica ya a cuatro generaciones. Sus dos hermanas también trabajan en la empresa familiar: una es responsable de la contabilidad y la otra, de la planificación. "Cuando viene a vernos alguien que está construyendo una casa, planificamos los interiores a demanda, hasta el último detalle", explica el joven empresario. Por consiguiente, el alcance de los servicios incluye hasta el montaje. "Algunos clientes quieren que todo provenga de un mismo proveedor, y nosotros intentamos cumplir este deseo en la medida de lo posible". Planificación, construcción, fabricación y montaje, en definitiva. "Por supuesto, en la decoración de interiores también ponemos en práctica formas especiales." Así, producen prácticamente siempre piezas únicas. Muchos de los proyectos son para particulares. "A esto hay que añadir hoteles, casas rurales y tabernas: alrededor del 70 por ciento de nuestros pedidos son para áreas de recepción, mostradores, armarios, mobiliario, revestimientos de paredes o techos." Otro segmento es el de la construcción de objetos, en el que fabrican principalmente tabiques separadores para oficinas. Por último, pero no por ello menos importante, ayudan también a compañeros cuando estos no pueden terminar un pedido. Lo que, una vez más, acentúa la escasez de personal... y la necesidad de tener flexibilidad: en la estructura y en la organización, pero también en lo que respecta a empleados y máquinas.
Lo general se aplica a lo concreto
Especialmente porque se procesan materiales muy variados. Por supuesto, tableros de virutas y MDF, pero también Multiplex o Purenit. "Además, la gastronomía suele exigir materiales resistentes al agua. A los que se añaden placas de una o varias capas y materiales revestidos, sobre todo HPL." La anchura de sujeción se multiplica debido a la multitud de tamaños de pieza, así como a la exigencia de trabajar superficies delicadas con resultados de calidad. Lo que se aplica en general en Ruprechtshofen (elevada flexibilidad, calidad y cumplimiento de los plazos en la tramitación de pedidos), también se aplica en concreto al corte. Para satisfacer estas exigencias, hoy se divide con una combinación de sierra y almacén de HOMAG que se instaló hace un año. Desde entonces, la sierra robotizada SAWTEQ B-300 flexTec y un almacén de superficie "TLF 211" (STORETEQ S-200) funcionan en una nave independiente que antes se utilizaba como almacén de pedidos. Prueba de que con ello se tomó una decisión estratégica, y en el momento oportuno, es el volumen de la inversión, que junto con el edificio, se situó en torno a un millón de euros. Hoy en día, los tableros se clasifican primero en la nave después de la entrega, y se dividen al día siguiente. Después, los componentes se colocan mediante una carretilla elevadora en la máquina de mecanizado correspondiente. La carpintería cuenta con la línea clásica formada por máquina para encolar cantos, centro de mecanizado (BAZ), pintura, rectificado y montaje. Por último, las piezas se entregan en su totalidad y se montan en el lugar especificado por el cliente.
Lo especial, integrado en el estándar
"Cuando, en los proyectos grandes, un empleado tenía que desplazarse constantemente entre el corte y el canteado, era un problema", señala Baumgartner cuando explica cuál fue el desencadenante de la inversión. En consecuencia, resultaba más que atractiva la posibilidad de que el nuevo concepto de sierra hiciera innecesaria en la zona de corte la presencia de un empleado, que podría entonces dedicarse a trabajos. Si fue capaz de prever esto desde el principio, fue porque ya conocía el concepto que tenía en mente aplicar. "La idea de fabricar sin intervención humana era el punto de partida", afirma el propietario. "Y, si eso es lo que queremos, la única opción es el concepto de robotización. Por eso hemos llegado a HOMAG con ideas precisas." Como tantas veces, las ideas especiales se han combinado con una superficie de producción limitada. "La sierra habría cabido en nuestra nave, pero habríamos perdido mucho espacio en el almacén", explica el maestro carpintero encargado. "Por eso queríamos cargar mediante una vía de rodillos, pero HOMAG aún no ofrecía esa opción hasta el momento." Hoy, las placas entran directamente en la máquina a través de la vía de rodillos que queríamos, que se carga con un travesaño desde el TLF 211. De este modo, HOMAG ha cumplido este deseo especial, como también ha hecho en el caso de los puestos de apilamiento. "De los tres puestos, hemos retirado uno del estándar. Así, en lugar de 1,2 m, ahora podemos apilar hasta 1,35 m de ancho". Esto es útil sobre todo para los tableros que se utilizan como tabiques separadores. En este caso, el robot apila también los demás cortes en función del mecanizado específico en las mesas elevadoras de tijera. Desde allí van en dirección al CNC o al canto; si no es necesario ningún mecanizado adicional, esto también se tiene en cuenta durante el apilamiento. "Así ahorramos mucho tiempo en el apilamiento", menciona el innovador propietario como primera consecuencia.
Lo clásico se une a lo moderno
La SAWTEQ B-300 flexTec en sí misma, al igual que el almacén de superficie, son básicamente estándar. La clave para la fabricación efectiva de tamaño de lote 1 es el robot: en combinación con una sierra de corte, que en su diseño y equipamiento se parece notablemente a una SAWTEQ B-300 clásica, permite una gran variedad de mecanizados. Esta variedad aumenta aún más por el hecho de que la SAWTEQ también se puede manejar manualmente, por ejemplo, en el corte de paquetes. "La máquina cubre hasta 6 cm", informa Baumgartner. "Recortamos hasta 5 cm y utilizamos el corte de paquetes una y otra vez". El segundo componente clave de la SAWTEQ, esta vez para la producción sin intervención humana, es el concepto de apilamiento inteligente para las mesas elevadoras. El software responsable, con sofisticados algoritmos, se encarga de que se formen las pilas correspondientes para los siguientes mecanizados. La SAWTEQ está equipada con un escáner láser que mide en tiempo real la altura de la pila y proporciona un posicionamiento exacto de la altura de las mesas elevadoras. La capacidad de reconocer las piezas en las pilas está garantizada mediante el etiquetado de cada pieza durante el corte. Además del software de control "CADmatic 5" y del software de apilamiento, esta carpintería con visión de futuro trabaja con la herramienta de optimización "Cut Rite", que ya estaba disponible con la sierra anterior. Para la SAWTEQ solo era necesario actualizar a la variante "profesional". "Debido a que ya se había establecido la interfaz con nuestro software CAD RSO, pudimos transferir inmediatamente todos los datos del diseño a la sierra."
Una casa sin guardianes
Después de un año de trabajo con la sierra robotizada, el joven empresario está "totalmente satisfecho. Yo la compraría de nuevo sin pensarlo." Al principio era un poco escéptico en cuanto a la fabricación sin intervención humana. "Íbamos una y otra vez a la máquina para ver si estaba haciendo su trabajo", sonríe satisfecho. "En la actualidad, la SAWTEQ funciona durante cuatro o cinco horas sin que nadie esté presente. Solo recogemos las pilas terminadas y verificamos brevemente si todo está bien. Y esto es todo." Si hay muchos pedidos, también se corta el fin de semana. Pero sin el empleado que antes permanecía junto a la sierra. Ahora, puede trabajar en otras zonas. El propietario sabe apreciar "que hay una gran diferencia entre que corte un robot o una persona, que siempre puede cometer un error. Aunque solo sea por la amplia gama de materiales que manejamos. Ahora tenemos pocos productos defectuosos y la calidad es la adecuada." Al fin y al cabo, la sierra controla cada tablero para comprobar si está en ángulo. Si la superficie está dañada, también se detecta, y el equipo se detiene. Baumgartner está convencido de que "la SAWTEQ nos garantiza la calidad y flexibilidad de la producción sin intervención humana que necesitamos para cumplir nuestros plazos."
«En la actualidad, la SAWTEQ funciona durante cuatro o cinco horas sin que nadie esté presente. Solo recogemos las pilas terminadas y verificamos brevemente si todo está bien. Y eso es todo.»Dominik Baumgartner, director de la empresa