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El WALLTEQ M-120 de WEINMANN de Kreutner & Schmälzlin

Un proyecto piloto para seguir creciendo en el futuro

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13.06.2022   |   Bahlingen   |   Alemania

  • Jakob Schätzle es el director de Producción de Kreutner & Schmälzlin y responsable de la producción con la instalación de WEINMANN. Fuente de la imagen: Kreutner & Schmälzlin Holzbau GmbH
  • El WALLTEQ M-120 permite a la empresa conseguir un alto grado de prefabricación de elementos de pared, tejado y techo. Fuente de la imagen: Kreutner & Schmälzlin Holzbau GmbH
  • Gracias a la instalación de WEINMANN, la empresa ha podido aumentar su capacidad y también ha podido encargarse de bloques de pisos. Fuente de la imagen: Kreutner & Schmälzlin Holzbau GmbH
  • En función del volumen de pedidos, la empresa produce entre 12 y 16 viviendas unifamiliares al año. Fuente de la imagen: Kreutner & Schmälzlin Holzbau GmbH

Para la empresa, se trata simplemente del primer paso. Kreutner & Schmälzlin Holzbau GmbH es una empresa de carpintería fundada en 1978 en el pequeño municipio alemán de Bahlingen am Kaiserstuhl, en el estado de Baden-Wurtemberg. Actualmente trabaja en multitud de áreas de negocio, como la construcción de casas unifamiliares, la ejecución de proyectos grandes, reconstrucciones y remodelaciones de tejados, ampliaciones y trabajos clásicos de carpintería. A través de una filial fundada en 1990, ofrece sus productos también en Berlín, Brandeburgo y hasta en la costa del mar Báltico. Los elementos de marcos de madera los fabrica en su planta de Bahlingen, y se asocia con proveedores regionales para obtener los componentes macizos de los proyectos más grandes. Sus principales ámbitos de negocio —es decir, la construcción y la remodelación— se mantienen bastante equilibrados: mientras que las remodelaciones representan una cantidad de trabajo bastante constante —suponiendo alrededor del 30 % de los proyectos al año—, las viviendas unifamiliares (entre 12 y 16) y los bloques de pisos (de 15 a 20 viviendas) varían en función del volumen de pedidos. El director de Producción Jakob Schätzle nos lo explica: "Como consecuencia de estas fluctuaciones, nos vemos obligados a producir menos viviendas unifamiliares en cuanto se aprueban varios proyectos grandes. El año pasado, por ejemplo, solo construimos ocho viviendas unifamiliares porque, además de pequeños bloques de pisos, hubo que sacar adelante un proyecto grande de dos edificios de seis viviendas cada uno que teníamos en la cartera de pedidos". Dada la demanda, está claro que la carpintería podría aceptar muchos más pedidos de los que asume, y esa es precisamente una de las razones por las que en 2020 decidió automatizar su fabricación invirtiendo en un puente de carpintería de WEINMANN.

Menos puede ser más

Otro objetivo de la inversión era compensar la escasez de mano de obra especializada en la construcción en madera. "Con el WALLTEQ M-120 hemos conseguido producir más con la misma plantilla de empleados", explica Jakob Schätzle. Según los cálculos del director de Producción, el aumento de la capacidad de fabricación mediante la automatización es de aproximadamente el 30 %, lo que les permite asumir una mayor parte del volumen de demanda actual. Todo esto manteniendo el mismo nivel de calidad de los componentes, otro de los motivos fundamentales que ha llevado a la empresa a buscar la automatización. "Gracias a la línea de producción hemos podido aumentar todavía más nuestro alto nivel de calidad", recuerda Jakob Schätzle. "Además, el proceso de certificación se ha simplificado porque ciertos procesos, como la fijación con pinzas, se llevan a cabo y se documentan con calidad industrial". El aumento de la ergonomía para los trabajadores también tuvo bastante peso cuando se planteó la posibilidad de automatizar la planta. "Es esencial que los empleados participen activamente desde el principio en un proceso de este tipo. Después de todo, no basta con invertir en una máquina. También se necesita a alguien que se adapte al cambio y sepa manejarla".

Más capacidad para grandes proyectos

En Kreutner & Schmälzlin hay dos empleados a cargo de la máquina. Sus tareas han cambiado completamente con la automatización: "Antes, por ejemplo, en las tareas de corte, era habitual decidir qué tablero pasaba por la máquina y cuál no cuando ya estaban en la mesa", recuerda Jakob Schätzle. "Por supuesto que teníamos planos de elementos exactos y comprensibles, pero las opciones de representación en un plano son, por desgracia, limitadas. Por eso había que tomar decisiones particulares para cada caso en la mesa, o a veces también había que consultar cosas en la preparación del trabajo". Ahora, en gran parte gracias a los datos estandarizados, la estructura de los componentes está claramente definida por la preparación del trabajo. Los empleados intervienen en la mesa solo como última instancia de comprobación. Así, la transferencia de datos es más eficiente y se minimizan las fuentes de errores. Además, en la fabricación se ahorra mucho tiempo: "Tenemos que invertir más tiempo en la preparación del trabajo, pero una hora más en la oficina significa entre tres y cuatro horas menos en la mesa, y también un ahorro de tiempo en la obra". Por lo general, producen en un servicio de un turno, y solo en los proyectos grandes aumentan el ritmo añadiendo un segundo turno. Precisamente en estos proyectos es donde más se hace notar el ahorro de tiempo de la automatización. Otra ventaja es el aumento de la productividad: "Con la línea de producción, los grandes proyectos se pueden sacar adelante de forma más rápida", explica Jakob Schätzle. "Por ejemplo, para el proyecto de dos edificios de seis viviendas cada uno que hicimos el año pasado, fabricamos 1950 m² de superficie de pared en unas dos semanas. De forma manual, habríamos necesitado entre cuatro y cinco semanas más. Un proyecto de tal envergadura habría limitado nuestras capacidades durante demasiado tiempo, y los proyectos más pequeños se habrían tenido que aplazar o incluso rechazar en ese periodo. Solo la línea de producción nos ha permitido asumir también estos encargos grandes".

Mayor crecimiento a la vista       

Entonces, ¿por qué elegir una solución relativamente pequeña? "Para nosotros, el WALLTEQ M-120 es como un proyecto piloto para iniciarnos poco a poco en la automatización. Aunque antes ya estábamos familiarizados con la preparación del trabajo gracias a la instalación de ensamblaje, queríamos ganar más experiencia en la transferencia de datos con el pequeño puente de carpintería y seguir probando el proceso durante un tiempo hasta asegurarnos de que funcionara sin problemas, todo ello sin invertir grandes cantidades de dinero". Dado que el WALLTEQ M-120 es adecuado para la fabricación de elementos de pared, tejado y techo, también ofrece las condiciones óptimas para un grado de prefabricación muy alto en todos los componentes y para la elaboración de todos los datos necesarios para ello. ¿Y ahora? "Más adelante, es probable que cambiemos la máquina por una más grande, o bien que la conservemos y trabajemos en dos líneas: una para las paredes y otra para los elementos de tejado y techo. En definitiva, estamos preparados para seguir creciendo con flexibilidad; hasta hemos colocado los rieles necesarios para futuras máquinas en la nave". 

Texto: Dr. Joachim Mohr

«Solo la línea de producción nos ha permitido asumir también estos encargos grandes.»

Jakob Schätzle, director de Producción de Kreutner & Schmälzlin Holzbau GmbH

Kreutner & Schmälzlin Holzbau GmbH

La empresa Kreutner & Schmälzlin Holzbau GmbH, fundada en el pequeño municipio alemán de Bahlingen am Kaiserstuhl en 1978, asume encargos de construcción de casas unifamiliares, además de proyectos grandes, reconstrucciones y remodelaciones de tejados, ampliaciones y trabajos clásicos de carpintería. A través de una filial fundada en 1990, la empresa también ofrece sus productos en Berlín, Brandeburgo y hasta en la costa del mar Báltico.

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