Un gran cambio en pequeños pasos
La construcción en madera en EE. UU. se caracteriza principalmente por los códigos de edificación, unas normas de construcción que exigen realizar una inspección del elemento abierto en el lugar de la obra y que, por tanto, limitan el grado de prefabricación. Teniendo esto en cuenta, las empresas de construcción en madera punteras destacan por entregar elementos con revestimiento en un lado en el lugar de la obra. Sin embargo, al igual que ocurre en Europa, la creciente falta de personal está impulsando el cambio.
La escasez de mano de obra cualificada en el sector de la construcción en madera también es un factor que está impulsando la automatización en diversos países de Europa. La situación es similar en EE. UU., ya que la construcción en madera es una práctica muy habitual en el país y la construcción de casas de madera requiere normalmente mucha mano de obra.
El tradicional entramado de madera
La práctica de construcción en madera predominante en Estados Unidos es el entramado de madera. En este tipo de construcción se envían listones y revestimientos estandarizados al lugar de la obra, donde se ensamblan con sierras de retestado y pistolas de clavos para construir la casa o el edificio. Un gran número de empresas de construcción en madera (enmarcadores) y empresas subcontratadas (contratistas) que trabajan en la construcción con entramado de madera lo hacen in situ, montan las casas y las dejan listas para su uso en un periodo de 6 a 8 meses, incluyendo la instalación y el acabado del interior. Este tipo de construcción requiere bastante personal, por lo que es necesario reducir los costes de mano de obra. "Todo el sistema de construcción está orientado al entramado de madera", explica Daniel Fothke. "Hay todo un sector de servicios ligado a él y las normas de construcción se han adaptado teniendo en cuenta especialmente este tipo de práctica. Implementar un concepto europeo de prefabricación integral sería un verdadero fracaso". Fothke trabaja como ingeniero de proyectos en Stiles, una filial de HOMAG que gestiona los proyectos de WEINMANN en EE. UU. Además del empleo del entramado de madera, una de las particularidades del mercado estadounidense es que las empresas de construcción en madera no suelen trabajar para el cliente final. Por lo general, los clientes son constructores o promotores que se dedican a comprar zonas de gran extensión para construir en ellas. La construcción de las casas de cada terreno se planifica en colaboración con las familias, que eligen una estructura básica del catálogo del constructor y la completan con ampliaciones, balcones, buhardillas, voladizos o colgadizos, todos estandarizados en gran medida, para conseguir un producto final personalizado. Los proyectos a medida están reservados al segmento más caro del mercado y los constructores trabajan con un arquitecto. El uso de madera como material de construcción no tiene rival en Estados Unidos; generalmente, se suele fabricar en madera cualquier tipo de construcción apta para ello. La cuota de mercado de la construcción en madera es del 85 %, y superior al 90 % en el caso de las viviendas unifamiliares. Ni siquiera los daños causados por los tornados y huracanes que azotan el país regularmente cambian esta situación. Más bien al contrario, ya que las construcciones de ladrillo no soportan los vientos de hasta 300 km/h que producen estos temporales, por lo que la construcción en madera supone las mayores ventajas para los clientes. En definitiva, las casas de madera son más económicas y su construcción resulta más rápida. No solo las viviendas unifamiliares se construyen tradicionalmente en madera en el país, sino también los edificios residenciales y de oficinas, los hoteles, las escuelas o las guarderías. El principal sector en el que se emplean otros tipos de construcción es el de los edificios de varias plantas, ya que no es posible seguir construyéndolos con este material. Por eso, es posible encontrar importantes diferencias regionales: en terrenos llanos se tiende a construir a lo ancho y en madera, mientras que en las regiones costeras muy pobladas se utiliza más el hormigón y es más frecuente construir a lo alto por la falta de espacio. Sin embargo, debido a los nuevos materiales de madera desarrollados, este sector está experimentando una tendencia a utilizar este material en la construcción de rascacielos.
La escasez de personal está impulsando el cambio
La creciente escasez de mano de obra cualificada, también presente en Estados Unidos, ha llevado en los últimos años a algunas empresas de construcción en madera a abandonar el entramado de madera para implementar una construcción con un mayor grado de prefabricación. Una primera medida para conseguirlo es el empleo del entramado de madera "under roof", en el que los elementos con revestimiento en un lado (llamados "componentes" en EE. UU.) se prefabrican en naves semiabiertas. De esta forma se reducen los tiempos de montaje en la obra, lo que supone un primer paso para ahorrar personal, ya que la prefabricación en la nave supone cierta simplificación, lo que hace que la construcción de componentes despierte el interés de los promotores: los componentes resultan actualmente más caros que el entramado de madera tradicional, pero reducen el tiempo de montaje a unos tres meses, como comenta Daniel Fothke. Además, en las obras en las que se construye con entramado de madera es habitual que se produzcan pérdidas de material por robo, y la mano de obra es escasa y cara, por lo que el uso de componentes resulta más atractivo para los constructores. El entramado de madera está entrando en declive y la demanda de componentes supera la oferta, por lo que muchos constructores han adquirido fábricas o trabajan en empresas cooperativas con un productor para garantizar que sus necesidades de componentes quedan cubiertas. Muchas de estas empresas están contratando también a sus propios grupos de montaje. Por ello, están apareciendo empresas de construcción en madera en el mercado, todavía muy fragmentado, que actúan como proveedor único y ofrecen todo el proceso de construcción (hasta el jardín). Además, el alcance de sus servicios es comparable con el de las empresas de construcción de casas prefabricadas de Europa.
El auge de la automatización
El entramado de madera "under roof" requiere una producción altamente manual y, por tanto, bastante personal. En el mercado actual de Estados Unidos, el interés por la producción automatizada está aumentando continuamente, ya que encontrar mano de obra cualificada resulta cada vez más caro y difícil. Otro aspecto que favorece la automatización es el hecho de que los clientes americanos de WEINMANN obtienen resultados muy óptimos con sus líneas de producción.
Los códigos de edificación suponen un impedimento
El potencial del mercado norteamericano es muy amplio y las cifras lo confirman: cada año se construyen entre 1,1 y 1,2 millones de viviendas unifamiliares en Estados Unidos y el volumen total de edificios de madera es de aproximadamente 1,5 millones al año. Por ello, WEINMANN apuesta claramente por el crecimiento y el aumento de sus capacidades, sobre todo teniendo en cuenta que en el país se considera cada vez más que el sector de la construcción se está quedando por detrás de otros sectores en términos de productividad laboral debido al gran porcentaje de mano de obra que requiere. Los códigos de edificación vigentes a nivel local o regional exigen realizar una inspección de los componentes abiertos montados en el lugar de la obra en la mayoría de proyectos de construcción en madera. Entre otras cosas, se comprueban la estanqueidad de las instalaciones de agua y gas, y la seguridad de la instalación eléctrica en el elemento sin aislamiento. Los costes que conlleva realizar esta inspección en la nave son bastante elevados, por lo que un mayor grado de prefabricación plantea grandes problemas a las empresas de construcción en madera. Los códigos de edificación resultan ser el principal obstáculo a la hora de implementar un mayor grado de prefabricación, aunque están surgiendo avances y se observan excepciones (como comentamos más adelante). Por este motivo, no suelen fabricarse elementos de pared cerrados en las líneas de producción automatizadas, sino componentes con revestimiento en un lado. En este caso, el valor añadido no se consigue gracias a un gran nivel de prefabricación, sino mediante la implementación de un flujo de trabajo rápido y la producción del mayor número posible de piezas. Por ende, la demanda de líneas de producción muy eficientes que cuenten con una estación de armazón automatizada y un puente multifunción es elevada, ya que los clientes consideran que es menos importante contar con una amplia gama de opciones de mecanizado y prefieren un clavado rápido con grupos que trabajan en paralelo. Además del alto nivel de productividad que se consigue, la precisión de fabricación desempeña un papel cada vez más importante, como comenta Daniel Fothke: "Gracias a la alta calidad constante que garantizan los componentes de producción industrial, la necesidad de realizar trabajos de repaso en la obra se reduce casi por completo. Algunos de nuestros clientes nos han comentado que han podido reducir sus costes de montaje hasta un 30 %".
Un cambio lento
Las principales empresas de construcción en madera van un paso más allá e instalan las ventanas y una parte de la instalación técnica en los elementos abiertos en un lado, y algunas envían parte de sus componentes cerrados al lugar de la obra. En la construcción de viviendas de varios pisos, por ejemplo, esto es posible debido a que la instalación se reduce en gran medida a unos pocos componentes. Así, los elementos restantes pueden suministrarse cerrados, mientras que la instalación se inspecciona como de costumbre en el elemento abierto. También es posible conseguir un alto grado de prefabricación en el sector de la construcción modular, que se encuentra en constante crecimiento, ya que los módulos no están sujetos a los mismos códigos de edificación que los componentes. Por último, cabe señalar que los códigos de edificación se están volviendo poco a poco más flexibles debido a la escasez de personal. "Aquí también se observan grandes diferencias a nivel local", concluye Daniel Fothke. "Por ejemplo, en Baltimore, una ciudad estadounidense situada en Maryland, se está intentando permitir el uso de grapas como medio de fijación en el futuro. California también cuenta con códigos flexibles, pero los municipios de otros estados no los aplican. De esta forma, se dan diferentes posibilidades en la práctica, lo que dificulta un desarrollo uniforme. En general, esta situación está cambiando lentamente. Si logramos asentar algunos referentes positivos en los próximos años, estamos seguros de que el grado de prefabricación se desarrollará en el país".